Esta semana, jw.org pregunta: “¿Qué dice la Biblia sobre las pandemias?” Es un artículo reciclado sobre el que ya he comentado antes, pero como siguen repitiendo lo mismo, me veo obligado a responder de nuevo.

Como todos los testigos de Jehová saben, así como muchos millones más, desde que existe, la Watchtower ha proclamado que estamos viviendo en los últimos días. La creencia central de los testigos de Jehová es que los últimos días comenzaron en 1914. Esa fecha se derivó originalmente de un cálculo cronológico, y a medida que pasaron los años, varios eventos, como el estallido de la Primera Guerra Mundial y la horrible pandemia de la gripe española, parecieron verificar que los jinetes del Apocalipsis habían sido desatados.

Tal como los lectores habituales de e-watchman saben, 1914 es un tema que se toca regularmente. Estoy convencido de que la Watchtower ha sido un instrumento en las manos de Cristo para predicar las buenas nuevas del Reino en toda la Tierra. Sin embargo, mi estudio de los profetas también me ha convencido de que Jehová ha permitido que una influencia engañosa lleve a los predicadores del Reino a creer que el Reino ya fue establecido los cielos. Jehová ha permitido que una operación de Satanás lleve a cabo señales mentirosas dirigidas a los cristianos ungidos. ¿Acaso los testigos de Jehová no señalan eventos de hace más de un siglo como evidencia del cumplimiento de la “señal” que Jesús predijo?

Un aspecto del engaño bajo el cual están los testigos de Jehová es la creencia de que las buenas nuevas se predicarían durante los últimos días y que los últimos días se extenderían durante muchas décadas y múltiples generaciones. Jesús indicó lo contrario. Según el relato de Marcos, Jesús dijo que las buenas nuevas debían predicarse primero. ¿Primero antes de qué? Primero antes de la persecución. Primero antes de que se cumplieran las siguientes palabras: “Los van a entregar a los tribunales locales y los van a golpear en las sinagogas y, por causa de mí, se les obligará a presentarse ante gobernadores y reyes. Eso les servirá de testimonio a ellos” (Marcos 13:9).

¿HA CASTIGADO DIOS ALGUNA VEZ CON ENFERMEDADES A LA GENTE?

“La Biblia dice que a veces Dios sí usó enfermedades para castigar a la gente. Por ejemplo, hizo que algunas personas tuvieran lepra (Números 12:1-16; 2 Reyes 5:20-27; 2 Crónicas 26:16-21). Sin embargo, estos incidentes aislados no fueron pandemias que afectaran a personas inocentes. Más bien, fueron castigos divinos a personas que claramente se habían rebelado contra Dios”.

La declaración anterior es muy engañosa. Es cierto que Dios castigó a algunas personas con lepra, y esos fueron incidentes aislados y no pandemias indiscriminadas. ¿Pero eso es todo? ¿Eso es todo lo que la Biblia tiene que decir al respecto? Para nada, y los autores de esta basura seguramente lo saben.

Consideremos el relato en el que David ordenó un censo imprudente, lo que hizo que Jehová se enfureciera. Dios le dio a David tres opciones: guerra, hambre o peste. David eligió la peste: “Entonces Jehová mandó una epidemia a Israel, que duró desde la mañana hasta el tiempo fijado, y murieron 70.000 personas desde Dan hasta Beer-Seba. Cuando el ángel extendió la mano hacia Jerusalén para destruirla, Jehová sintió pesar por aquella calamidad y le dijo al ángel que estaba destruyendo al pueblo: ‘¡Basta! Baja ya la mano’. El ángel de Jehová estaba cerca de la era de Arauna el jebuseo” (2 Samuel 24:15, 16).

¿No fue esa una pandemia o epidemia indiscriminada que afectó a personas inocentes?

Lo más instructivo de ese relato histórico de la desastrosa locura de David es que David fue uno de los pocos reyes de Israel que Jehová consideró justo. Y, no obstante, su error tonto resultó en la muerte de 70.000 israelitas inocentes. ¿Fue Dios injusto al castigar a los inocentes por el error de su rey? Dejaré que otros acusen a Dios.

Hay otro relato en la historia de los hebreos donde Dios castigó a las personas con enfermedades, y no solo a unos pocos individuos aislados como la Watchtower quiere hacerle creer a usted. Cuando Jehová trajo calamidad sobre los judíos en los días de Jeremías, lo hizo mediante la espada de Nabucodonosor, el hambre y la peste. Ahora veamos lo que la Biblia dice sobre la guerra, el hambre y las pandemias o epidemias resultantes sin el filtro de la Watchtower. He aquí algunos pasajes relevantes de los profetas:

“Entonces Jehová me dijo: ‘No ores para que a este pueblo le vaya bien. Cuando ayunan, yo no escucho sus ruegos; y, cuando presentan ofrendas quemadas y ofrendas de grano, yo no las acepto. Usaré la espada, el hambre y la peste para acabar con ellos’” (Jeremías 14:11, 12).

“Y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que desaparezcan de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados” (Jeremías 24:10).

“Esto es lo que dice Jehová de los ejércitos: ‘Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la peste, y haré que sean como higos podridos que no se pueden comer de lo malos que son’” (Jeremías 29:17).

“Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor Soberano Jehová—, ya que contaminaste mi santuario con todos tus ídolos repugnantes y todas tus prácticas detestables, yo también te rechazo; mis ojos no sentirán lástima y no tendré compasión. Una tercera parte de ti morirá por la peste o morirá de hambre en medio de ti. Otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti. Y a la última tercera parte la dispersaré en todas direcciones, y desenvainaré una espada para perseguirlos” (Ezequiel 5:11, 12).

“Esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘Da palmadas con las manos y golpea el suelo con los pies, y laméntate por todas las cosas malas y detestables que ha hecho la casa de Israel, porque caerán por la espada, por el hambre y por la peste. El que esté lejos morirá por la peste; el que esté cerca caerá a espada, y todo el que escape de estas cosas y quede vivo morirá de hambre. Soltaré toda mi ira contra ellos. Y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová cuando sus muertos estén tendidos entre sus ídolos repugnantes, alrededor de sus altares, en todas las colinas altas, en todas las cimas de las montañas, bajo todos los árboles frondosos y bajo las ramas de árboles grandes donde han hecho ofrendas aromáticas para aplacar a todos sus ídolos repugnantes” (Ezequiel 6:11-13).

“Han tocado la trompeta y todos están listos, pero nadie va a la batalla, porque mi ira arde contra toda esa multitud. La espada está por fuera; la peste y el hambre, por dentro. Todo el que esté en el campo morirá a espada y todo el que esté en la ciudad será consumido por el hambre y la peste” (Ezequiel 7:14, 15).

“Porque esto es lo que dice el Señor Soberano Jehová: ‘Así será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos —espada, hambre, fieras salvajes y peste— para eliminar de ella a hombre y animal’” (Ezequiel 14:21).

“Le mandaré pestes y por sus calles correrá la sangre. Los muertos caerán en medio de ella cuando la espada venga contra ella por todas partes; y ellos tendrán que saber que yo soy Jehová” (Ezequiel 28:23).

Cualquier lector honesto de la Biblia puede discernir que la espada, el hambre y la peste son precisamente lo que Jesús predijo que constituiría “el principio de grandes sufrimientos” que culminarían en una gran tribulación que sacudirá la civilización actual hasta sus cimientos.

El hecho de que aquellos que son considerados como el representante fiel y prudente de la organización terrenal de Jehová hayan diluido la palabra y los juicios de Dios y hayan endulzado los oídos de los millones de personas que están bajo su influencia engañosa, haciéndolos aceptar que solo hubo unos pocos casos aislados en los que Dios golpeó a su pueblo con enfermedades, muestra que es evidente—al menos para este centinela—que la Watchtower está, ella misma, cumpliendo las profecías. ¿De qué manera? Declarando que hay paz con Dios. Esto es lo que Jehová ha dicho: “Porque, desde el menor hasta el mayor, todos sacan beneficio de manera deshonesta; desde el profeta hasta el sacerdote, todos cometen fraude. Y tratan de sanar superficialmente las heridas de mi pueblo diciendo ‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’, cuando no hay paz” (Jeremías 6:13, 14).

¿Qué hay de los rumores que hemos escuchado acerca de un par de fondos de cobertura registrados en Irlanda? ¿Es cierto que los millones de dólares que han robado al despojar a los testigos de Jehová de mil salones del Reino han sido agrupados en su fondo de “gestión de activos”? ¡Ciertamente eso es sacar beneficio de manera deshonesta! ¿Y dicen que hay paz?

¿SON LAS PANDEMIAS UN CASTIGO DIVINO?

“No. Algunas personas afirman que Dios utiliza las pandemias y otras enfermedades para castigar a la gente. Sin embargo, eso no es lo que la Biblia dice. ¿Cómo lo sabemos?”

La declaración anterior no es del todo verdad. Es cierto que las pandemias de hoy en día no son un castigo de Dios, pues aún no estamos en los últimos días. Pero ¿será la inminente guerra, el hambre y las futuras pandemias que marcarán el principio de los últimos días un castigo de Dios? ¡Claro que sí!

Debido a que los profetas insensatos han inventado sus propias profecías, o para ser más específicos, sus propias interpretaciones de las profecías, Dios ha determinado humillarlos. ¿Cómo? Trayendo sobre ellos lo que han profetizado que no es posible. ¿Qué? La Tercera Guerra Mundial, hambre y peste a una escala mucho más grande que la que hemos visto desde 1914. ¿Significa eso que algunos cristianos podrían morir? Posiblemente. ¿No resultó el trágico error del rey David en la pérdida de vidas de personas inocentes?

La buena noticia es que los miles de millones que morirán durante la futura catástrofe global serán resucitados. Eso se discierne por el hecho de que los jinetes del Apocalipsis, que están destinados a traer la muerte sobre una cuarta parte del mundo, serán seguidos de cerca por la Tumba. Y como también revela el libro de Apocalipsis, todos los que están en la Tumba o Hades (como se le conocía antes) saldrán de allí.

Pero si Jehová traerá una catástrofe global en forma de guerra y peste para castigar a los malvados, especialmente a los esclavos malvados de su propia casa, entonces indudablemente Dios también proporcionará un santuario para los inocentes. Eso es lo que retrata el Salmo 91:

“El que viva en el lugar secreto del Altísimo se hospedará bajo la sombra del Todopoderoso. Le diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien confío’. Porque él te rescatará de la trampa del pajarero, de la plaga destructora. Con sus plumas te cubrirá, y bajo sus alas te refugiarás. Su fidelidad será un escudo grande y una muralla protectora. No temerás los terrores de la noche ni la flecha que vuela de día ni la plaga que acecha en la oscuridad ni la destrucción que arrasa al mediodía. Mil caerán a tu lado y diez mil a tu derecha, pero a ti nada de eso se te acercará. Solamente lo verás con tus ojos, cuando seas testigo del castigo de los malvados. Como tú dijiste ‘Jehová es mi refugio’, has hecho del Altísimo tu lugar de residencia; ningún desastre vendrá sobre ti y ninguna plaga se acercará a tu tienda”.