¿Por qué te refieres a Jesús como el Príncipe de príncipes cuando el libro de Daniel se refiere a él como uno de los príncipes más importantes?
La persona que llegó a ser Jesús ha vivido una vida realmente extraordinaria. Antes de convertirse en humano, Jesús era una criatura espiritual llamada Miguel. Al ser hijo del Rey, él era un príncipe, uno de los muchos hijos o príncipes angelicales.
También hay príncipes oscuros, espíritus demoníacos que se oponen a Jehová Dios. Se menciona a Miguel como uno de los príncipes más importantes en el capítulo 10 de Daniel, específicamente en los versículos 13 y 14. Allí se nos dice: “Pero el príncipe del reino de Persia me opuso resistencia durante 21 días. Entonces Miguel, uno de los príncipes más importantes, vino a ayudarme, y me quedé allí, al lado de los reyes de Persia. He venido a hacer que entiendas lo que le ocurrirá a tu pueblo en la parte final de los días, porque es una visión todavía para el futuro”.
El príncipe del reino de Persia no pudo haber sido un simple príncipe humano. Ningún ser humano podría evitar que un ángel realizase una tarea. Aunque el príncipe demoníaco pudo resistir con éxito a un ángel sin nombre durante tres semanas, Miguel, uno de los príncipes más importantes, vino a ayudar. Por lo tanto, al igual que los humanos, podemos darnos cuenta que algunos príncipes celestiales son más poderosos que otros. Por cierto, la palabra “principado” se deriva de la palabra “príncipe”.
Es cierto, ser simplemente uno de los príncipes angelicales más importantes no es lo mismo que ser el Príncipe de los príncipes. ¿Cómo se pueden conciliar las dos descripciones aparentemente contradictorias de la misma persona?
Primero, sin embargo, considere la expresión Príncipe de príncipes. Esta se encuentra exclusivamente en el capítulo ocho de Daniel, donde se nos dice lo siguiente con respecto a la ascensión de un rey de aspecto feroz: “Con astucia recurrirá a los engaños para tener éxito, se engrandecerá en su corazón y causará daño a muchos durante un tiempo de seguridad. Hasta se levantará contra el Príncipe de príncipes, pero será destrozado sin intervención de manos humanas.’’
La referencia a Miguel como uno de los príncipes más importantes tenía que ver con su guerra contra el príncipe demoníaco de Persia. Eso fue varios siglos antes de que Cristo apareciera en la tierra; mientras que el capítulo ocho de Daniel es una profecía que se cumplirá en la parte final de los días cuando el Reino de Dios llegue al poder. El Príncipe de príncipes es un título dado a Cristo después de su ascensión y exaltación al trono de Jehová. ‘’Al perseguir a “los santos” durante la II Guerra Mundial, el cuerno pequeño se dio grandes ínfulas “hasta llegar al mismo Príncipe del ejército”, o, como el ángel Gabriel lo expresa, se puso de pie “contra el Príncipe de príncipes”, es decir, le opuso resistencia (Daniel 8:11, 25). El título Príncipe de príncipes le corresponde exclusivamente a Jehová Dios. La palabra hebrea sar, que se traduce por “príncipe”, se relaciona con un verbo cuyo significado es “dominar”. Este término no solo es aplicable al hijo de un rey o a una persona de la realeza, sino también a un cabeza o un jefe. En el libro de Daniel se mencionan otros príncipes angélicos, como, por ejemplo, Miguel. De todos ellos, Dios es el Príncipe por excelencia (Daniel 10:13, 21; compárese con Salmo 83:18). ¿Podemos imaginar que alguien haga frente a Jehová, el Príncipe de príncipes?’’
No solo eso, el título Príncipe de príncipes está en plena armonía con los otros títulos similares de Cristo, como Señor de señores y Rey de reyes. Y así como los señores y reyes sobre quienes Jesús es Señor y Rey son sus hermanos, los príncipes sobre los cuales Cristo es Príncipe son los 144,000 hijos nacidos de nuevo. Es por eso que en Daniel 8:11 también se le llama el Príncipe del ejército.
El punto es que la persona conocida como Miguel y Jesús ha sufrido profundos cambios en su naturaleza, transformándose de espíritu a humano y de humano a un espíritu inmortal por haber nacido de nuevo. Al ser el primogénito de muchos hermanos, el título Príncipe de príncipes es apropiado.
Aunque Jesús solo pidió volver a tener la gloria que durante millones de años tuvo junto a su Padre, el Padre consideró conveniente darle mucho más a Jesús. Jehová exaltó a su Hijo sobre toda la creación. El Hijo ya no es simplemente uno de los príncipes más importantes, no, actualmente él ha recibido toda autoridad sobre el cielo y sobre la Tierra.
Vemos este cambio en la relación que Miguel tenía con Satanás. Por ejemplo, aquellos que abrazan la mentira de que Jesús es Dios se niegan a aceptar que Jesús y Miguel son dos nombres para el mismo individuo. Citan la carta de Judas para mencionar una conversación que se dio entre Miguel y Satanás con respecto a la disposición del cadáver de Moisés y, en esa ocasión, Miguel no se atrevió a juzgar al Diablo, sino respetuosamente dijo: “Que Jehová te reprenda”. Ellos dicen que, si Miguel fuera Jesús, él habría reprendido a Satanás.
Aparentemente, a los trinitarios se les escapa el hecho de que Moisés vivió mucho antes de que Jesús viniera a la tierra, mucho antes de que a Cristo se le diera toda autoridad. El cambio de ser uno de los príncipes más importantes a ser el Príncipe de príncipes se ve reflejado en la forma en la que Miguel trata con Satanás en el capítulo 12 de Apocalipsis. Lejos de simplemente reprender al diablo, el libro de Apocalipsis nos muestra a Miguel y sus ángeles luchando contra el Diablo y sus ángeles y arrojándolos del cielo. En el tiempo de Moisés, Miguel no se atrevió a juzgar a Satanás. En Apocalipsis, Miguel trae todo el peso del juicio de Jehová contra Satanás en una guerra total.