Los testigos de Jehová creen que Satanás es el dios de este mundo (2 Corintios 4: 4.) Y que se convirtió en este cuando engañó a Adán y Eva en el Jardín del Edén, llevando de esta forma con eficacia al mundo bajo su influencia del mal incluso antes de que este llegara a existir! Para comprender el alcance de su poder sobre la humanidad debemos tener en cuenta las palabras de Jesús cuando dijo que el gobernante del mundo sería expulsado. ¿A Quien se refirió Jesús como el gobernante del mundo? Satanás es el gobernante invisible del mundo. Es por eso que Satanás tentó a Jesús ofreciéndole todos los reinos del mundo que él gobierna.
En el octavo capítulo del Evangelio de Juan, Jesús identificó al Diablo como un homicida en su comienzo y el padre de la mentira. Antes de tentar al primer hombre y la mujer para que desobedeciera a Dios, Satanás había sido un ángel justo, pero él codiciaba la adoración a Dios y proyectó con éxito apoderarse de ella para sí mismo. Y ya que, egoístamente produjo la muerte de Adán e incluso la muerte de todos sus hijos aun no nacidos entonces Jesús se refirió a Satanás como un asesino desde su comienzo. Es llamado el padre de la mentira porque nunca nadie había mentido antes. Por supuesto, no había humanos antes de Adán y Eva, pero ciertamente hubo multitudes de ángeles justos y ninguno de ellos había mentido. Por lo tanto, Satanás inventó la mentira. Su primera mentira fue llamar a Dios mentiroso. Le dijo a nuestra madre Eva que no moriría si comía del fruto prohibido. También calumnió a Dios por lo que según él, implicaba que el creador de la humanidad no tuviera el mejor interés en su corazón y que Dios no podía confiar ni en su propia creación.
En hebreo la palabra Diablo significa calumniador. Con todo el mundo bajo su influencia no es de extrañar que el mundo esté lleno de violencia, egoísmo, mentira, mentirosos y maldad de todo tipo.
Pero el pecado original de Satanás no fue calumnia o asesinato. El pecado que originalmente sucumbió a Satanás fue el orgullo. Es evidente desde el hecho que Pablo instruyó a los superintendentes a no nombrar a “un hombre como recién convertido, por temor a que pueda hincharse de orgullo y caer en la sentencia dictada sobre el Diablo.”
Estando increíblemente celoso de Jehová, el Diablo siempre ha buscado poner a las personas contra Dios, mientras que él nunca ha tenido la insidiosa intención de ocupar él mismo el lugar de Dios en los corazones y las mentes de las personas. Aunque Satanás sólo se menciona un par de veces en las Escrituras Hebreas, el llamado Antiguo Testamento, su influencia se manifiesta en muchas caídas de Israel en la idolatría. Los dioses ídolos de las naciones, como Kemos, Molek y los diversos Baales eran más que fachadas para los demonios, como se revela en el libro de Deuteronomio el capítulo 32: “Empezaron a incitarlo a celos con dioses extraños; con cosas detestables siguieron ofendiéndolo. Se pusieron a hacer sacrificios a demonios, no a Dios, a dioses que no habían conocido, a nuevos, recién llegados, que para sus antepasados eran desconocidos”
Ya que la gente no iba a seguir y adorar a Satanás, él se disfrazó tal como lo hizo en el edén, haciéndose pasar por una serpiente humilde. Pablo dijo que Satanás podría fácilmente transformarse en un ángel de luz. En otras palabras, así como satanás pretendió abrirle los ojos a Eva también podría hacerse pasar por el mayor promotor de la religión falsa.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, los judíos no practicaban la adoración de ídolos como lo habían hecho siglos antes, sin embargo la religión judía se había convertido sí misma en un ídolo, porque era el foco de su culto y este los cegó a la verdad que Jesús trajo .Por esta razón Jesús dijo a los judíos que ellos eran de su padre el diablo y que querían cumplir sus deseos.
Mientras Jesús estaba en la tierra, el diablo tenía la intención de apartarlo de Jehová. En el desierto, tres veces tentó a Jesús a desobedecer a Dios y tres veces Jesús rechazó sus tentaciones citando las Escrituras, anteponiendo a cada respuesta con: “. Está escrito” Satanás, evidentemente incluso utilizó al apóstol Pedro para tratar de influir en Jesús de no auto-sacrificarse en el madero. Cuando Pedro instó a Jesús a que fuera amable con él mismo Jesús le reprendió diciendo: “Ponte detrás de mí, Satanás no tienes pensamientos de Dios sino de los hombres.”
Al no haber podido persuadir a Jesús de no sacrificarse a sí mismo, Satanás probablemente supuso que Jesús no lo haría cuando llegara el momento. Pero lo hizo. Una de las últimas cosas que dijo antes de que respirara su último aliento fue: “se ha realizado”.
Justo antes de su arresto Jesús advirtió a Pedro que Satanás había exigido también poseer a sus discípulos. Después de recuperarse de su tropiezo inicial y una vez que se llenaron del Espíritu Santo de Dios como Jesús, los apóstoles y otros discípulos se convirtieron en predicadores audaces y consecuentemente Satanás comenzó a perseguirlos salvajemente. Pero esa táctica no resulto en mucho éxito. Cuando los judíos en Jerusalén persiguieron a los discípulos sólo causaron que los cristianos huyeran de la ciudad para ir a predicar en otros lugares y como resultado las buenas nuevas se difundieron en el extranjero.
La táctica más exitosa de Satanás ha sido infiltrarse y corromper a los cristianos dentro de las congregaciones. Tal como Satanás se insinuó a sí mismo a Jesús, en su grupo íntimo de 12 apóstoles a través de Judas Iscariote, así también, el diablo insertaría sus agentes en la congregación de Cristo. Cuando el apóstol Pablo escribió su segunda carta a los Corintios dijo de aquellos a quienes bautizaron como los “apóstoles superfinos’’ que eran cristianos falsos y engañosos trabajadores que simplemente se trasformaban para parecer predicadores de rectitud. Así como ellos, hay muchos cristianos hoy en día que faltan el respeto al apóstol Pablo y consideran que ha secuestrado el cristianismo, los apóstoles extrafinos que presidiaron los Corintios también miraron a Pablo y lo criticaron por no tener una presencia carismática.
El apóstol Pablo advirtió a los Efesios que después de que él se fuera hombres malvados se infiltrarían en la congregación y engañaría y no trataría al rebaño con amabilidad. También, cuando el apóstol Juan envejeció recordó a los fieles cristianos que hubo muchos anticristos hasta entonces pero que sin embargo iba a venir un Anticristo y que era la última hora. ¿Estaba el apóstol diciendo que era la última hora antes de la llegada de Jesús? No, eso no es lo que estaba diciendo. La última hora tenía que ver con lo que sería la última hora antes de que Satanás se le permitiera tomar por completo lo que Cristo había comenzado, al menos por un tiempo. Era la última hora de la unción, al menos por un largo tiempo.
De hecho, poco después de que los apóstoles murieron, en los siglos segundos y tercero hombres prominentes comenzaron a cuestionar quién era Jesús. Mientras que los apóstoles sabían que Jesús era el hijo de Dios, los infiltrados comenzaron a enseñar que Jesús era Dios mismo. En 325 E.C. el emperador romano Constantino llamo a todos los obispos revolucionarios a Nicea en Asia menor. Después de meses de disputas el emperador de Roma declaró a Jesús ser Dios. Así, el Emperador romano se convirtió en el jefe de la iglesia de Cristo pero esto no sucedió antes de que numerosas doctrinas y prácticas paganas fueran fusionadas con el cristianismo. Así como Satanás había engañado con éxito a Israel a adorar dioses demoniacos, también tuvo éxito en secuestrar el cristianismo mezclándolo con el paganismo y la idolatría.
Como prueba irrefutable de control del homicida invisible sobre esta, las iglesias de la cristiandad han sido siempre las belicistas más ardientes en el mundo. Nunca ha habido una guerra que no haya sido bendecida por clérigos. Las Cruzadas, la Guerra de los Cien Años, la Guerra de los Treinta Años y las dos guerras mundiales se iniciaron y lucharon por millones de hombres que afirmaban ser cristianos. Por lo tanto no es posible que sean verdaderos cristianos. El apóstol Juan declaró que los hijos de Dios y los hijos del Diablo se distinguen por el hecho de que los hijos del diablo se matan entre ellos.
Pero al Diablo no se le permitirá dominar el cristianismo perpetuamente, ni él continuará como el dios de este sistema. Jesús predijo que cuando llegue el fin de los sistemas, los ángeles serían enviados para arrancar de raíz a los hijos del diablo y evitar que se hagan pasar más por cristianos. En última instancia, Satanás y todos sus demonios serán arrojados del cielo de Jehová y confinados a la tierra, donde se les permitirá crear el caos por un período designado en la profecía como tres años y medio. Después, los ángeles rebeldes serán encarcelados durante 1.000 años con el fin de que la humanidad pueda ser rehabilitada. Al final del reinado de mil años de Cristo, Satanás y los demonios serán desencadenados por un corto tiempo y luego serán destruidos para siempre.