Hay una guerra que arruina el mundo de hoy. No es un conflicto entre naciones individuales o bloques de naciones. No es algo blanco y negro como eso. No se limita a las fronteras nacionales, como han sido típicamente las guerras del pasado. La mejor  manera de ser descrita es como una guerra entre los gobernantes y el pueblo. Pero eso en realidad no cuenta toda la historia por completo, porque en los EE.UU. el gobierno es ostensiblemente “por el pueblo y para el pueblo”. Más específicamente, el conflicto es realmente entre dos sistemas de gobierno: el imperio y la república o el neocolonialismo y el sistema estado-nación.

El imperio de hoy es lo que ha sido identificado por Lyndon LaRouche y el EIR como un imperio monetario, que como uno podría suponer, es un sistema de gobernación basado en el control del valor del dinero. La sede para el imperio monetario es la ciudad de Londres, con los centros de satélite en las Islas Caimán británicas y Wall Street. El gobierno del pueblo se manifiesta en la república americana y existe de diversas maneras en todas las naciones.

Desde  que las 13 colonias originales se liberaron de la dominación británica, el imperio ha estado implacablemente trabajando para conquistar a los Estados Unidos y evitar que otras naciones se desarrollen de manera similar. La primera guerra librada entre el imperio y la república fue la llamada Guerra de Independencia. Después el Imperio Británico y los Estados Unidos libraron la guerra de 1812, durante la cual la Casa Blanca fue incendiada. Cuando esa guerra no logró derribar a la República, el Imperio británico promovió y apoyó la Confederación y la guerra civil como medio de quebrantar a los Estados Unidos por medio de la estrategia ‘’divide y vencerás’’. Ese esquema también fracasó, debido en gran parte a la amenaza de intervención por parte de Rusia del lado de Lincoln.

Después de la Guerra Civil, los EE.UU. surgieron como la mayor potencia industrial en la tierra y otras naciones comenzaron a aspirar a tener el sistema americano de economía y desarrollo, en especial Rusia, Alemania, China y Japón. A pesar de que no vivió para verlo, en respuesta el rey Eduardo VII organizó la Primera Guerra Mundial. Y en 1917 Londres patrocinó el derrocamiento de la Rusia zarista con la revolución bolchevique. La Primera Guerra Mundial y el sovietismo tuvieron éxito en la prevención de la propagación del sistema americano a nivel internacional. Y en 1913 los banqueros también tuvieron éxito en su esquema de infiltrarse en el sistema financiero de Estados Unidos a través del cartel de la banca europea conocido como el Banco de la Reserva Federal.

Luego, a través de sofisticados medios, la Ciudad de Londres provocó la caída de Wall Street en 1929 y la Gran Depresión, lo que condujo a la Segunda Guerra Mundial. Durante la agonía de la gran depresión, Franklin Roosevelt habló de la guerra contra los patriotas americanos  por parte de “los economistas de la realeza”, comparándolo con la guerra de la Revolución. Wall Street ha despreciado el legado de Roosevelt hasta el día de hoy, y durante los últimos 60 años los magnates del dinero han luchado para revocar las regulaciones impuestas sobre  los “economistas de la realeza” para salvar a la nación. La última de esas regulaciones que fue desmantelada fue la de Glass-Steagall en 1999. La desregulación del sistema financiero es lo que lo llevó a la caída en los últimos años. Y si hay alguna duda de lo que estos problemas representan actualmente, el año pasado cuando los legisladores propusieron reinstaurar la Glass-Steagall, se informó que Londres había emitido una advertencia directa diciendo que considerarían la recreación de la ley como un acto hostil.

Esto nos trae al presente: Ahora los banqueros y sus lacayos vienen a destruir. Una nación tras otra se ve obligada a dar miles de millones para sostener el sistema bancario a punto de explotar. A cambio los banqueros están trayendo la austeridad sobre el pueblo. Y con los bancos centrales bombeando dinero en el sistema, la imparable hiperinflación está  subiendo  los precios de los alimentos y las materias primas a niveles récord. Esto, por supuesto, enriquece los fondos de cobertura y a los especuladores, mientras se conducen a cientos de millones de personas pobres al borde de la inanición. El impulso subyacente de los levantamientos en el norte de África en las últimas semanas es el precio altísimo de los productos alimenticios básicos.

En lugar de cerrar a los especuladores y al cartel de la banca en quiebra que está saqueando el mundo, y luego reorganizar el sistema con el fin de salvar a la gente de la desesperación, los financistas se están moviendo rápidamente para apagar ciudades, estados y naciones enteras, prácticamente llevando a todo el sistema nación-estado a la quiebra.

De acuerdo con la profecía bíblica, la fase final de la historia está marcada por el conflicto entre dos reyes rivales designados como el rey del norte y el rey del sur. Esos dos reinos también son simbolizados como los pies de hierro y barro de una imagen metálica. El rey del norte es el Imperio. El hierro en la profecía de Daniel también lo simboliza. El presente imperio monetario es realmente el Imperio Británico, que es una continuación del Imperio Romano. El rey del sur es Estados Unidos; también simbolizado por el barro en la amalgama hierro-barro. El simbolismo bíblico que hay detrás de la falta de cohesión entre el hierro y el barro es la analogía perfecta de la mezcla incompatible de los sistemas británico y americano del día de hoy.

Los días por venir  verán al conflicto entre estas dos entidades llegar a una conclusión. A la luz de la profecía bíblica se puede observar que el imperio va a aplastar a las naciones. En la profecía de los reyes del norte y del sur, en el verso 42, el rey del sur se presenta como “Egipto”, ya que Egipto era el rey original del sur tras la desintegración del imperio de Alejandro. Por lo tanto, el reino de Estados Unidos no va a llegar a ser un fugitivo. El reino de Estados Unidos va a caer en la red de los banqueros.

En el capítulo 32 de Ezequiel Egipto  es representado como un gran monstruo marino que se ve atrapado en la red del trampero. A continuación, las imágenes espantosas de la profecía afirman: ‘’  ”Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Yo también ciertamente extenderé sobre ti mi red por medio de una congregación de muchos pueblos, y ciertamente te traerán en mi red barredera. Y tendré que abandonarte en la tierra. Sobre la superficie del campo te arrojaré. Y en ti ciertamente haré que residan todas las criaturas voladoras de los cielos, y de ti ciertamente satisfaré a las bestias salvajes de toda la tierra.  Y ciertamente pondré tu carne sobre las montañas y llenaré los valles con el desecho tuyo. Y ciertamente haré que [la] tierra se beba tu materia descargada, de tu sangre, sobre las montañas; y cauces de arroyos mismos se llenarán de [lo procedente de] ti’.

Las bestias de la tierra alimentándose de la sangre y materia descargada del reino caído deben representar la disolución total de la economía de Estados Unidos. Hace unos años, tal cosa podría haber sido considerada como ridícula. Ahora muchas personas sensatas piensan que es inevitable.

Aún más interesante, es que en el capítulo 19 de Isaías Jehová reprende a los consejeros de Faraón por actuar irracional y estúpidamente. En ese capítulo se lee: ‘’ Los príncipes de Zoan son verdaderamente tontos. En cuanto a los sabios de los consejeros de Faraón, [su] consejo es una cosa irrazonable. ¿Cómo dirán ustedes a Faraón: “Yo soy hijo de sabios, hijo de reyes de la antigüedad”?  ¿Dónde, pues, están ellos —los sabios tuyos— para que te informen ahora y para que sepan lo que Jehová de los ejércitos ha aconsejado respecto a Egipto? Los príncipes de Zoan han actuado tontamente, los príncipes de Nof han sido engañados, los hombres clave de sus tribus han hecho que Egipto ande errante. Jehová mismo ha mezclado en medio de ella el espíritu de desconcierto; y ellos han hecho que Egipto ande errante en todo su trabajo, así como se hace que un borracho ande errante en su vómito. Y Egipto no llegará a tener trabajo que la cabeza o la cola, el tallo o el junco, puedan hacer. ’’

En la actualidad, hombres esenciales en posiciones de poder en los Estados Unidos, como congresistas y senadores, entre ellos el gabinete presidencial, están permitiendo tontamente a los banqueros robar a la nación, no sólo miles de millones en fondos de los contribuyentes, pero los mismos que son elogiados como hombres sabios y la crema de la sociedad, son en sí mismos tan cobardes, estúpidos y corruptos, que no protegen la propia soberanía de la nación que juraron defender. Tal como Jehová previó hace siglos, ¡los príncipes del Egipto moderno han sido engañados por un tirano astuto! Como resultado de esto, ¡Toda la nación está tambaleante como un borracho destinado a caerse en una alcantarilla!

La importancia de esto es que la inminente caída del sistema angloamericano significará que Cristo ha iniciado los juicios de Jehová.

Por desgracia, los testigos de Jehová no tienen conocimiento de las profecías en este sentido porque están bajo la influencia de aquellos a quienes Jehová considera como los profetas estúpidos. La directiva de la Sociedad Watchtower, a pesar de todo su orgullo diciendo ser una clase del profeta Ezequiel y de otros profetas, en realidad son mejor descritos como profetas estúpidos.

En este punto tan crítico, la Watchtower no tiene nada que decir con respecto a los acontecimientos del mundo a la luz de la profecía bíblica. Los oráculos de Bethel han convencido a los testigos de Jehová que ya se han cumplido prácticamente todas las profecías, la mayoría de ellas en el período 1914-1919. Por ejemplo, La Watchtower enseña firmemente que la séptima cabeza de la bestia recibió el golpe de espada durante la Primera Guerra Mundial y el octavo rey ya ha llegado a la escena, por primera vez como la Sociedad de Naciones y ahora como las Naciones Unidas.

Y cuando se trata de la identidad del rey del norte, desde la caída inesperada del rey del norte soviético, hace casi 20 años que la Sociedad Watchtower no ha pronunciado una sola palabra sobre el asunto, excepto para advertir a los testigos de Jehová que es mejor no especular sobre la identidad del rey.

Mientras tanto, el rey del norte está maniobrando las cosas para asestar un golpe mortal sobre el actual orden de las naciones y marcar el comienzo de una época de tiranía como  ninguna que este viejo mundo malvado haya experimentado antes, ni lo volverá a experimentar jamás.