Esta es una continuación de la serie de artículos que analizan La Atalaya de julio de 2022.

Con la transmisión del programa de mayo de 2022 de JW Broadcasting, el Cuerpo Gobernante confirmó su política no oficial de que la unidad es primordial. La unidad es más importante que la verdad. Mientras todos crean en lo mismo y se comporten igual, incluso si algunas de esas creencias o comportamientos no están bien, eso es preferible a otras alternativas.

Claro, la mejor solución sería que la Watchtower simplemente enseñara la verdad. Pero, por desgracia, eso no es posible. La organización está completamente comprometida a ejercer una poderosa influencia engañosa sobre los testigos de Jehová, al hacerles creer el Reino de Dios ha estado gobernando desde 1914 y que todo está bien. En la segunda mitad del párrafo ocho se declara lo siguiente:

Muchos de ellos han dejado la inmoralidad sexual, la violencia, los prejuicios y el espíritu nacionalista. Se está cumpliendo la profecía de Isaías 2:4: “Ni aprenderán más a hacer la guerra”. Como nos esforzamos por llevar puesta la nueva personalidad, hacemos que la gente se sienta atraída a la organización de Dios y demostramos que seguimos a Jesucristo, nuestro superintendente (Juan 13:35; 1 Ped. 2:12). Y nada de esto es por casualidad; Jesús nos está ayudando.

Los cristianos del primer siglo también dejaron de ser inmorales, violentos y prejuiciosos. Respondieron al mensaje de los discípulos de Jesús y se arrepintieron. Obviamente, también, en ese entonces, Jesús supervisaba la reunión de sus ovejas y los ángeles ayudaban a las personas a calificar para la salvación.

La profecía de Isaías, reiterada en el capítulo 4 de Miqueas, está destinada a suceder en la parte final de los días. Soy consciente de que este tema se ha discutido extensamente en este sitio durante los últimos 20 años de su existencia. Desafortunadamente, no se puede llegar a la gran mayoría de los testigos de Jehová, especialmente a quienes los dirigen. Jehová sabe que lo he intentado. Pero, lo diré de nuevo: no estamos viviendo en la parte final de los días.

Es cierto que los testigos de Jehová son conocidos internacionalmente como personas amantes de la paz que se niegan resueltamente a tomar las armas contra sus semejantes. Miles de testigos han elegido la prisión en lugar del servicio militar obligatorio. La Segunda Guerra Mundial fue un momento especialmente difícil. La guerra de Vietnam también presentó desafíos para los testigos de Jehová que estaban decididos a no unirse al ejército. Muchos jóvenes testigos de Jehová en Corea del Sur y Francia fueron puestos en campos de prisioneros incluso durante tiempos de paz. Sin embargo, ¿es ese el cumplimiento de la profecía? ¿Realmente ha dictado Jehová Dios su juicio? Después de todo, eso es lo que nos dicen las Escrituras: “Él será juez entre las naciones y resolverá los asuntos con relación a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas. Las naciones no alzarán la espada unas contra otras ni aprenderán más a hacer la guerra”.

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, ¿realmente ha hecho una gran diferencia el que una pequeña parte de la población de las naciones convierta simbólicamente sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas? ¿Ha traído eso paz al mundo? ¿Ha impedido la postura de los testigos de Jehová que las naciones levanten sus espadas de guerra contra otras naciones?

Tomemos como ejemplo la situación actual en Ucrania. Según el último informe, había alrededor de 129.000 testigos de Jehová en ese país antes de la invasión. ¿Ha impedido su negativa a empuñar armas el derramamiento de sangre y la destrucción que ahora se está produciendo? ¿Ha alterado el curso de la historia o traído paz la postura de los Testigos ucranianos y rusos? No. De hecho, actualmente vemos como el mundo está al borde de una tercera guerra mundial y, con ella, una catástrofe nuclear inimaginable.

Dios tiene la intención de poner fin permanente a las guerras para que la gente nunca más sufra por su crueldad y violencia. Los testigos de Jehová han demostrado que es posible que la gente tome una posición personal contra las guerras basada en las enseñanzas del Príncipe de paz, pero mientras que uno de los negocios más lucrativos sea la guerra y los demonios asesinos anden sueltos, no puede haber paz.

Si aplicamos Isaías 2:4 al movimiento moderno de los testigos de Jehová, entonces también debemos aplicar a ellos lo que Dios ha registrado en el contexto de esa profecía, especialmente porque está debe cumplirse en la parte final de los días.

De nuevo, nos preguntamos lo siguiente: ¿realmente ha dictado Jehová su juicio ya y ha enderezado las cosas? El capítulo 1 de Isaías indica que hay asuntos que deben aclararse entre Jehová y su pueblo. Por esa razón, Dios extiende la siguiente invitación: “‘Vengan y arreglemos las cosas entre nosotros’, dice Jehová. ‘Aunque los pecados de ustedes sean como rojo escarlata, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la tela carmesí, se volverán como la lana’” (Isaías 1:18).

¿Debemos suponer que Dios va a transformar la mancha escarlata de los pecados del mundo impío de Satanás en algo blanco como la nieve? ¿Realmente espera Jehová que los ateos, católicos, hindúes y cualquier otra persona “aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, corrijan al opresor, defiendan los derechos de los huérfanos y defiendan la causa de las viudas”?

Si retrocedemos hasta las palabras iniciales del libro de Isaías, nos damos cuenta de que Jehová está hablando de la deplorable condición espiritual de su pueblo: Jacob. El versículo tres muestra eso al declarar lo siguiente: “El toro conoce bien a su amo, y el burro conoce el pesebre de su dueño; pero Israel no me conoce a mí, mi propio pueblo no se porta con entendimiento”.

Dado que la obligación de defender los derechos de los indefensos también aplica a los ancianos cristianos, ¿estaríamos oponiéndonos a la unidad cristiana si reconocemos que los líderes de los testigos de Jehová no han cumplido con su sagrada obligación? Ya que Jehová es consciente del hecho de que muchos miles de niños han sido abusados ​​sexualmente por miembros de las congregaciones, y Jehová también es plenamente consciente de que el equipo legal de la Watchtower en muchos casos ha atado las manos de los ancianos y les ha impedido entregar a hombres malvados para que sean llevados ante las autoridades competentes y reciban todo el peso de la ley, ¿no deberían el Cuerpo Gobernante y sus ayudantes, así como la junta directiva y el equipo legal de la organización, tratar de aclarar estos asuntos con Dios?

Por otro lado, nos encontramos con el hecho de que el Cuerpo Gobernante aboga por las vacunas ARNm, incluso afirmando que Jehová ha querido que su pueblo permita que se le inyecte ese elixir experimental. David Splane dijo deberíamos confiar en lo que Jehová sabe, y esa es una muy buena sugerencia. Sin duda alguna, Jehová sabe exactamente cuántos de su pueblo han tenido una reacción adversa y cuántos han muerto como resultado de seguir el consejo del esclavo “fiel”.

Cuando comenzó el cristianismo en Jerusalén, las congregaciones eran justas y verdaderas. Desde que se empezó a ungir de nuevo a miles de personas a fines del siglo XIX, la Jerusalén simbólica ha sido poblada nuevamente. Sin embargo, esta es la evaluación de Dios de la “ciudad” que existe inmediatamente antes del comienzo de la épica parte final de los días: “¡Mira cómo la ciudad fiel se ha convertido en una prostituta! Estaba llena de justicia; la rectitud se alojaba en ella, pero ahora solo hay asesinos” (Isaías 1:21).

Desde el punto de vista elevado de Jehová, el esclavo “fiel” es culpable de asesinato. El versículo 15 indica que incluso ahora el disgusto de Jehová ha llegado a su punto máximo: “Y, cuando ustedes extienden las manos, escondo de ustedes mis ojos. Por muchas oraciones que hagan, yo no los escucho; sus manos están llenas de sangre”. 

Dado que el Cuerpo Gobernante es demasiado altivo como para admitir algún error o buscar el perdón de Jehová o disculparse con su pueblo, la única forma en que Dios puede arreglar las cosas es por medio de la fuerza bruta.

“Así que el Señor verdadero, Jehová de los ejércitos, el Poderoso de Israel, afirma: ‘¡Basta! Me libraré de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos. Volveré mi mano contra ti, eliminaré tu escoria como con lejía y te quitaré todas tus impurezas. Haré que vuelvas a tener jueces como al principio y consejeros como al comienzo. Después de eso, se te llamará Ciudad de Justicia, Población Fiel” (Isaías 1:24-26). 

De manera por demás irrisoria, los profetas de Betel afirman que todas sus impurezas fueron eliminadas en 1919 cuando el mensajero del pacto vino y arregló todo. Es por eso que Jehová ahora está obligado a desatar una conflagración global que ni el Cuerpo Gobernante ni su equipo legal podrán detener. Dios solo pondrá las cosas en orden después de la gran guerra que se avecina. Y, luego de eso, pondrá fin de forma permanente a las guerras de las naciones.