La revista La Atalaya de noviembre de 2020 incluye un artículo de estudio titulado: “¿Estamos dispuestos a seguir cambiando?”. Este se basa en lo que Pablo les escribió a los corintios al exhortarlos a seguir corrigiéndose. Y todos, incluyendo al Cuerpo Gobernante, deben hacerlo. Sin embargo, veamos lo que nos dice el párrafo 15:

“Por supuesto, cuando la organización de Dios publica una explicación nueva sobre alguna enseñanza bíblica o nos da guía sobre temas morales, lo aceptamos sin dudar. Pero ¿cómo reaccionamos cuando hace un cambio que afecta a otros campos de nuestra vida? Por ejemplo, en los últimos años se ha disparado el costo de construir y mantener nuestros lugares de adoración. Por eso el Cuerpo Gobernante ha decidido que se usen los Salones del Reino al máximo de su capacidad. Debido a esto, se han fusionado algunas congregaciones y se han vendido algunos Salones del Reino”.

¿Notó usted la flagrante mentira mencionada anteriormente? Incluso si el costo de construcción y mantenimiento de los salones del reino ha aumentado, este no le corresponde a la Organización. La Watchtower no paga ni un solo centavo para la construcción o el mantenimiento de los salones del reino. Toda la carga de mantener el lugar de adoración local recae sobre los hermanos y hermanas que asisten a él. Además, ¿por qué vender una instalación que ya ha sido construida y pagada? ¡El costo de levantar una estructura que ya ha sido edificada es cero! Y por lo que he visto, muchos de los casi 1.000 salones del reino que se han vendido o están a la venta se encuentran en vecindarios agradables. No hay duda de que los hermanos y hermanas cubrirían los gastos de manutención que surjan.

El párrafo continúa diciendo:

“El dinero se está usando para ayudar a construir salones en los lugares en los que más se necesita. Si vivimos en una zona en la que se están vendiendo salones y se están fusionando congregaciones, tal vez se nos haga difícil adaptarnos. Ahora, algunos publicadores tienen que viajar mayores distancias para ir a las reuniones. Otros que trabajaron duro para construir o mantener un Salón del Reino tal vez se pregunten por qué se vende. Quizás sientan que el tiempo y el esfuerzo que le dedicaron fueron en vano. A pesar de todo, siguen colaborando con estos nuevos planes, y los felicitamos por ello”.

Lo que la Sociedad está diciendo es que las instalaciones que se han construido y pagado y que pueden alcanzar un buen precio en el mercado inmobiliario actual se venden para prestar dinero a otras congregaciones, con el objetivo de que estas puedan construir un salón del reino para ellas. Las dificultades que se impongan a los hermanos y hermanas a quienes se les ha vendido su lugar de adoración local no tienen importancia. No importa si algunos asistentes tienen que viajar una gran distancia. De igual forma, ya nadie va al salón del reino, pues todos han sido cerrados. Así que, ¿por qué no venderlos todos y construir más salones del reino que estarán vacíos?

Lo más horrible, triste e injusto es que los hermanos deben estar felices con este arreglo y adaptarse a él. De igual manera, ¿qué opción tienen? Es por esa razón que la Organización ha escrito este artículo, porque saben que los hermanos no están tan contentos con el hecho de que tengan que desalojar el salón del reino que construyeron y mantienen. Después de todo, ellos no deberían quejarse, pues es la organización de Jehová la que hace todo esto. Por lo tanto, indudablemente, es Jehová quien está detrás del plan para redistribuir la riqueza. Eso es lo que nos da a entender el párrafo 16: “Algo que nos ayudará a no perder la alegría es recordar que trabajamos para Jehová y que él está dirigiendo a su organización”.

Y con respecto a este nuevo plan de usar los salones del reino al máximo, nos surgen algunas preguntas. Si el Cuerpo Gobernante eventualmente permitiera a los testigos de Jehová reanudar sus reuniones, ¿no sería un error meter a más personas en un espacio cerrado debido a la pandemia que se ha desatado? ¿No deberían las congregaciones reunirse en grupos más pequeños dadas las pautas de bioseguridad contra el COVID-19? Por supuesto, todo es discutible en este momento.

Por otro lado, en cuanto a la construcción de nuevos salones del reino, si el Cuerpo Gobernante ha ordenado estrictamente a los testigos de Jehová que no se aventuren a salir a la calle o incluso que no se reúnan en grupos pequeños, ¿por qué organizarían los comités de construcción equipos de trabajo para construir nuevos salones del reino? ¿De verdad están trabajando actualmente los testigos de Jehová en proyectos de construcción? Dado que los maestros de Warwick han declarado que es demasiado arriesgado e imprudente salir al ministerio o reunirse, seguramente ningún testigo de Jehová se atrevería a trabajar en un proyecto de construcción.

Por consiguiente, este “nuevo arreglo” no se trata realmente de construir nuevas instalaciones en absoluto. Se trata de sacar dinero del arduo trabajo de miles de testigos de Jehová que han construido, pagado y dedicado sus proyectos terminados al Dios Todopoderoso. En otras palabras, estamos hablando de un robo, uno a gran escala. E, increíblemente, ¿se debe elogiar a los hermanos por permitir que le roben a Jehová?

A continuación, se da un recordatorio amistoso para aquellos que dirigen a los testigos de Jehová. Con suerte, ellos permitirán que se les corrija:

“Jehová llamará a juicio a los ancianos y a los príncipes de su pueblo. ‘Ustedes han quemado la viña, y tienen en sus casas lo que les han robado a los pobres. ¿Cómo se atreven a aplastar a mi pueblo y a restregar las caras de los pobres en el polvo?’, afirma el Señor Soberano, Jehová de los ejércitos” (Isaías 3:14, 15).