Esta es la parte 12 de la serie de artículos que analiza la revista La Atalaya de julio de 2022.

El párrafo 14 continúa diciendo:

Cuando llegan momentos difíciles, Jesús nos dirige sabiamente. Esto se vio con claridad cuando estalló la pandemia del COVID-19. Mucha gente en el mundo no sabía qué hacer, pero Jesús se aseguró de que recibiéramos guía clara para protegernos. Se nos animó a usar mascarillas o cubrebocas en lugares públicos y a guardar la distancia física. A los ancianos se les recordó que estuvieran en contacto con todos los publicadores y que se preocuparan por sus necesidades físicas y espirituales (Is. 32:1, 2). Y los informes del Cuerpo Gobernante nos han dado más instrucciones y ánimo.

Todo sobre la crisis del COVID-19 ha sido creado por malos actores, incluido el virus mismo. En los meses transcurridos desde que se liberó el virus de un laboratorio en Wuhan, China, nos hemos enterado de que los mismos “expertos” a cargo de la respuesta al COVID estuvieron involucrados en lo que denominaron investigación de “ganancia de función” para hacer el virus más letal. A los científicos se les pagaban sumas generosas para suprimir la ciencia y promover la agenda del Imperio de las mentiras. (Ojalá hubiera acuñado esa frase, pero fue Vladimir Putin).

Teniendo en cuenta todo lo que ha sucedido, como la supresión de medicamentos efectivos y el uso obligatorio en hospitales de productos farmacéuticos muy peligrosos que son responsables de más muertes que el propio virus, ahora está a plena vista de cualquiera que esté dispuesto a ver que hemos sido sometidos a un mal tan horrible, perturbador y espeluznante como el mundo no lo ha sufrido desde que los nazis perpetraron el holocausto. Pero ¿qué otra cosa podríamos esperar de los gobernantes de este mundo oscuro y malvado?

En los meses intermedios de la pandemia en curso, los investigadores honestos concluyeron que, a menos que se use una máscara de grado quirúrgico, los que las usan no están protegidos. De hecho, usar una máscara durante largos períodos de tiempo es dañino, priva a la víctima de aire fresco y la obliga a reciclar sus propias exhalaciones.

Por otro lado, el distanciamiento social es algo absurdo. Los microbios están en el aire. ¿Cómo puede uno distanciarse socialmente del aire que todos inhalamos y exhalamos y que circula por todas partes? Dado que incluso los “expertos” reconocen que esto es cierto, indudablemente Dios y Jesús también lo saben. Si las máscaras comunes que usa la mayoría de la gente no filtran las partículas microscópicas en el aire, ¿por qué Jesús le indicaría a alguien que las use? Si el distanciamiento social es inútil, ¿por qué lo recomendaría Jesús? ¿No será más bien que el Cuerpo Gobernante no está siguiendo a Cristo en absoluto, sino que simplemente está repitiendo como un loro los consejos inútiles y dañinos de los “expertos”, quienes en cualquier otra situación serían vistos por los testigos de Jehová como agentes mundanos bajo la influencia de Satanás el Diablo?

Hace 80 años, la Watchtower se oponía fuertemente a las vacunas, alegando que era un plan tramado por el Diablo. Ahora es completamente lo contrario. Recientemente, el Cuerpo Gobernante, en particular David Splane, ha afirmado que Jehová aboga por las inyecciones. ¿Estaba equivocada la organización hace 80 años, o estará equivocada ahora? También hay una tercera opción. ¿Se ha equivocado en ambos casos? La respuesta correcta es la tercera opción. Se espera que el esclavo a quien Jesús nombró proporcione a los llamados domésticos su alimento espiritual en el momento apropiado. Eso es todo. Esa es su tarea. Jesús no nombró a nadie para que funcionara como un zar médico. No es ni fiel ni discreto en Cristo que el Cuerpo Gobernante respalde un esquema médico tan controvertido promovido por lo que la Watchtower identifica como la bestia salvaje de color escarlata del libro de Apocalipsis.

Esto no debe pasarse por alto, la evidencia es clara. Ahora que cientos de millones de personas han sido vacunadas, la evidencia muestra que las vacunas ni siquiera lo inmunizan a uno contra el COVID. Todo lo contrario. Y esto ha sido demostrado una y otra vez. Por ejemplo, la industria de los cruceros estuvo paralizada por completo debido a la pandemia. ¿Quién quiere estar confinado en un barco con un montón de infectados contagiosos? Cuando algunas líneas de cruceros comenzaron a trabajar de nuevo, solo se les permitía viajar a los vacunados. Todos los pasajeros y tripulantes debían presentar prueba de ello. No pasó mucho tiempo antes de que los cruceros reportaran brotes generalizados de COVID entre los 100% vacunados y lo que habían recibido refuerzos.

Tal vez la vacuna disminuya la gravedad de la enfermedad, pero también lo hacen muchas otras cosas sin el riesgo que conlleva la terapia genética experimental de ARNm. Si los líderes de los testigos de Jehová han dado consejos médicos, ¿por qué han guardado silencio sobre los tratamientos alternativos?

Dado que el Cuerpo Gobernante se jacta de ser sabio y discreto y afirma que cada una de sus decisiones es la correcta, esencialmente alegando infalibilidad, ya que Jesús supuestamente los ha estado guiando en cada paso del camino para que ni siquiera les sea posible dar un paso en falso, la pregunta que surge es la siguiente: ¿por qué recomendaría Jesús que todos los cristianos, independientemente de su edad o estado de salud, se dejen inyectar un suero que no lo protege a uno de contraer o propagar el virus y que plantea problemas de salud y riesgos mayores que la propia infección? ¿Por qué recomendaría Jesús un tratamiento que ha herido y matado a tantos? ¿Por qué, querido Jesús, por qué?

La buena noticia es que el mismo Jesús va a poner fin a la traición y la deshonestidad de la Watchtower. ¿Cree usted eso?

Consulte el versículo mencionado en el párrafo del artículo de La Atalaya que estamos analizando. Los príncipes que brindarán protección contra la tormenta no son ancianos. Además, la tormenta ni siquiera ha comenzado a rugir. Estamos disfrutando de una época de relativa paz, la proverbial calma que precede a la tormenta. Cuando la tempestad empiece, todos nos daremos cuenta. Los príncipes descritos en la profecía son los ungidos, después de haber sido elegidos, sellados. Su elección y sellamiento implicará ver a Jesús. De eso se trata la parusía.

Cuando el Amo finalmente vuelva de forma inesperada, este rechazará y condenará a aquellos que han demostrado ser esclavos malvados e infieles. A la oscuridad exterior del mundo condenado de Satanás es a donde irán a parar. Allí llorarán y crujirán sus dientes de rabia al hacerse conscientes de su destino eterno. Por eso, el capítulo 32 de Isaías continúa diciendo: “Entonces los ojos de los que ven ya no estarán cerrados y los oídos de los que oyen prestarán atención. El corazón de los impulsivos se detendrá a pensar en el conocimiento, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad. Al insensato ya no se le llamará generoso, y al hombre sin principios no se le llamará noble; porque el insensato dirá tonterías y su corazón tramará cosas malas, para promover la apostasía y decir falsedades contra Jehová, para hacer que el hambriento se quede sin comer y dejar al sediento sin nada que beber. Las tácticas del hombre sin principios son malas; él promueve un comportamiento vergonzoso para arruinar al afligido con mentiras, aun cuando el pobre tiene razón en lo que dice” (Isaías 32:3-7). 

Lo que ha dicho el Cuerpo Gobernante, especialmente en sus llamados informes relacionados con la pandemia, ha sido una completa tontería y mentiras descaradas. Qué terrible es que Gerrit Lösch reprenda arrogantemente a los ancianos que han cuestionado el cuestionable consejo médico del Cuerpo Gobernante. Qué horror que Lösch los ridiculice por creer en teorías de conspiración. ¡Por supuesto que hay una conspiración! El mundo es gobernado por el padre de la mentira y el homicida original. ¿Cómo podría no haber una conspiración contra la verdad?

La conspiración para destruir la civilización occidental y el cristianismo está mucho más allá de la capacidad de comprensión de la persona promedio. Los testigos de Jehová, por supuesto, afirman creer que el Diablo es el gobernante del mundo y, sin embargo, descartan el manto de mentiras y el esquema de asesinato en masa al que hemos sido sometidos como una teoría de conspiración. Es cierto que un genocidio global es algo tan monstruoso que a una mente inocente le cuesta aceptarlo como algo cierto. No obstante, la razón por la que la Watchtower no apoya tal conspiración es porque la institución está siendo dirigida por conspiradores masónicos. No es algo extraordinario o imposible que ciertos hombres se hagan pasar por ministros de justicia. Muchos falsos apóstoles lo hicieron en la congregación de Corinto. Y, sin duda alguna, Satanás tiene ahora a sus secuaces infiltrados entre los verdaderos esclavos de Cristo. Algunos de ellos ya han revelado lo que son, al menos ante los ojos y análisis de este observador. No es de extrañar que el Cuerpo Gobernante abogue por los tapabocas. Cuando usamos uno, nuestros rasgos no son completamente claros. 

El Cuerpo Gobernante se jacta de proporcionar generosamente una dirección clara a pesar de que la dirección que han proporcionado no ha variado ni una letra del programa dañino promovido por el eugenista multimillonario, Bill Gates, y su financiación de la Organización Mundial de la Salud. El Cuerpo Gobernante desea ser considerado como noble y generoso incluso cuando ha participado voluntariamente en lo que seguramente algún día se conocerá como el holocausto silencioso.

Continuará…