Esta es la tercera parte de mi respuesta al artículo de la revista La Atalaya de mayo de 2024 titulado: “¿Qué sabemos sobre los futuros juicios de Jehová?”.
Hay un subtítulo en el artículo que dice: LO QUE NO SABEMOS. Sin rodeos, lo que admiten no saber es insignificante en comparación con lo que en realidad no saben. Se podría escribir un libro sobre lo que los testigos de Jehová no saben acerca de los futuros juicios de Jehová. Y, de hecho, alguien ya lo ha hecho: yo. El libro que escribí se llama Jehová mismo ha llegado a ser rey. Pero no pretendo saberlo todo. Por esa razón, el libro tiene un subtitulo: Una introducción al Apocalipsis.
Le regalé a cada miembro del Cuerpo Gobernante y a cada sucursal del mundo un ejemplar gratuito de la primera edición. Aunque dudo que alguno de ellos lo haya leído alguna vez. Simplemente no están interesados. El Cuerpo Gobernante aseveró en su reunión anual que poseen los derechos exclusivos de acceso a la verdad y que cualquier nueva luz por parte de Jehová solo puede ser transmitida a través de ellos. Ahí lo tiene. Por eso, los testigos de Jehová no saben muchas cosas, porque lo que ellos consideran el portavoz de Dios no se las ha dicho.
Sin embargo, no confíe solo en mis palabras. Considere lo que Dios nos indica en el libro que inspiró: “A partir de ahora te anuncio cosas nuevas, secretos bien guardados que tú no conocías. Es ahora que están siendo creadas, y no hace tiempo; son cosas que nunca habías escuchado hasta hoy, para que no puedas decir: ‘¡Mira! Ya lo sabía’. No, ni lo habías escuchado ni lo sabías, y en el pasado tus oídos no se abrieron. Porque yo sé lo traidor que eres, y se te ha llamado pecador desde que naciste” (Isaías 48:6-8).
Con razón, podríamos preguntarnos: ¿A qué se refiere o refería Dios con “ahora” en “A partir de ahora”? O ¿A qué se refiere o refería él con “hoy” en “son cosas que nunca habías escuchado hasta hoy”?
Indudablemente, Dios le estaba hablando a los israelitas de manera simbólica. El “Jacob” a quien se dirigen las palabras de Dios es el “Israel de Dios” al que se refiere Pablo en Gálatas. Solo que el “ahora” y el “hoy” cuando Jehová revela sus secretos celosamente guardados a su siervo traicionero, secretos que no conoce, se refieren al día del Señor. La revelación de los juicios de Dios es lo que es el Apocalipsis.
Digámoslo de la manera más simple y concisa posible: Jesús no comenzó a gobernar en su Reino en 1914. Permítame decirlo de otra manera: el día del Señor no ha comenzado. Y eso lo cambia todo. O, mejor dicho, lo cambiará todo en el futuro cuando realmente comience el Apocalipsis.
Ahora, con respecto al artículo de La Atalaya, este afirma que los miles de millones de personas que no han tenido la oportunidad de conocer la verdad la tendrán en el futuro incluso durante la tribulación, que supuestamente comenzará cuando las Naciones Unidas destruyan a Babilonia la Grande. Eso es extraño teniendo en cuenta que la Watchtower siempre ha enseñado que la tribulación conducirá al Armagedón.
Pero ahora tenga en cuenta que el Apocalipsis no ha comenzado. ¿Y qué se espera que suceda cuando empiece? Además de la expulsión de Satanás y sus ángeles del cielo, lo cual ocurrirá en el mundo invisible, el capítulo 6 del libro del Apocalipsis nos indica que se dará la revelación de los juicios de Jehová. Esto se nos muestra simbólicamente como la apertura de siete sellos de un rollo. La apertura de los primeros cuatro trae consigo a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Con respecto a ellos, el versículo 8 dice: “Y vi entonces un caballo pálido. Su jinete se llamaba Muerte, y la Tumba lo seguía de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra para matar con una espada larga, con hambre, con una plaga mortal y con los animales salvajes de la tierra” (Apocalipsis 6:8).
No voy a desperdiciar espacio aquí explicando cómo sabemos que los jinetes del Apocalipsis no comenzaron a cabalgar en 1914. Ya he escrito extensamente acerca de ello. Solo deseo señalar que el Libro de la Verdad revela que los jinetes que traen la guerra, el hambre y la peste tienen autoridad sobre una cuarta parte de la población de la Tierra. El hecho de que la Tumba siga de cerca al jinete llamado Muerte significa que si el Apocalipsis comenzara este año, 2024, lo que muy bien puede suceder, podríamos esperar que la Tumba reclame aproximadamente dos mil millones de almas antes de que termine.
Si los jinetes hubieran comenzado a galopar en 1914, ¿de verdad hubiera crecido tanto la población del mundo de aproximadamente 1,5 mil millones de almas a principios del siglo XX hasta los 8 mil millones que hay actualmente? Por favor, deje que prevalezca su sentido común.
Entonces, dejemos que el Cuerpo Gobernante incluya en su nueva luz acerca de que algunos incrédulos podrían aceptar la verdad durante la tribulación el que millones de personas que ahora viven perderán la vida por los estragos de la guerra, el hambre y la peste en el futuro. La buena noticia es que irán a la Tumba y no al lago de fuego.
Volviendo al artículo, el párrafo 4 establece lo siguiente:
“¿Pero deberíamos pensar que el relato del Diluvio tiene un significado profético? No, porque la Biblia no lo dice. Es cierto que Jesús comparó ‘los días de Noé’ con el tiempo de su presencia. Ahora bien, no dio a entender que todos los elementos del relato del Diluvio —como el hecho de que Jehová cerrara la puerta del arca— tendrían un cumplimiento mayor en el futuro. Aun así, podemos aprender mucho de este relato”.
Parece como si la Watchtower hubiera perdido completamente de vista la verdad. Años de promover una mentira hacen eso. Primero, Jesús no comparó los días de Noé con “el tiempo de su presencia”. Jesús comparó los días antes del Diluvio, cuando la gente comía, bebía y se ocupaba de sus asuntos, sin prestar atención a Noé, con los días previos a su presencia, cuando la gente comería, bebería y se ocuparía de sus asuntos sin prestar atención a la advertencia de un cataclismo similar.
¿Realmente le interesa saber qué dijo verdaderamente Jesús sobre este tema de vital importancia sin que la Watchtower inserte palabras para distorsionar su significado? Si su respuesta es sí, lea usted mismo lo que Cristo señaló: “Ahora bien, el día y la hora no los sabe nadie, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo; solo el Padre. Porque, tal como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del Hombre. Porque en aquellos días antes del Diluvio la gente comía y bebía, los hombres se casaban y a las mujeres las entregaban en matrimonio… hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el Diluvio y los barrió a todos. Así será en la presencia del Hijo del Hombre. Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado. Dos mujeres estarán moliendo con el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada. Así que estén siempre vigilantes, porque no saben en qué día viene su Señor. Tengan en cuenta una cosa: si el dueño de una casa supiera en qué momento de la noche va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no permitiría que se metiera en su casa. Por eso ustedes también estén preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora en que menos se lo esperan” (Mateo 24:36-44).
En aras de la brevedad, no incluí el siguiente tramo de versículos, pero los siguientes son probablemente los versículos más citados del libro de Mateo, al menos por la Watchtower. Comienzan con Jesús planteando la siguiente pregunta: “¿Quién es realmente el esclavo fiel y prudente…”?
Tenga en cuenta que Jesús estaba respondiendo a la pregunta que le hicieron los apóstoles acerca de la conclusión y la parusía. Así que Jesús les estaba hablando en cierta forma a los cristianos ungidos que estarían vivos antes del día y la hora incognoscibles en que llegue el Hijo del Hombre. Jesús exhorta a sus esclavos a que se muestren preparados porque su llegada repentina será como el día en que Noé entró en el arca. Entonces “uno será llevado y el otro será abandonado”.
Y a pesar de todo el sinsentido de 1914, desde 2013 incluso el Cuerpo Gobernante admite que Cristo no ha venido como ladrón en la noche para juzgar a los esclavos designados para alimentar a los sirvientes de su casa. Pero, aunque hayan hecho esa concesión, nunca aceptarán lo que eso realmente significa. Lo que significa es que la presencia de Cristo no ha comenzado. De ahí la necesidad de estar alerta ante la venida del Señor.
Fin de la tercera parte.